La pandemia reveló la realidad de las personas más vulnerables, no solo frente al coronavirus, sino ante las situaciones de soledad, indiferencia y depresión por las que atraviesan, especialmente, los adultos mayores.
Por Gabriela Hernández. 26 agosto, 2021.
Patricia Llerena, coordinadora académica del Centro de Atención Psicológica Sonqo, enfatiza en el deber de las familias y los demás miembros de la sociedad de cuidar, atender y resaltar el rol valioso que cumplen los adultos mayores en las comunidades, como fuentes de sabiduría y amor.
Las familias deben ser conscientes de que un adulto mayor es una persona a quien la edad le va deteriorando los sentidos como el oído y la vista, las facultades cognitivas y la salud en general, explica Patricia Llerena. “Por lo tanto, el adulto mayor necesita de una atención y cuidados especiales, además de un trato paciente, amoroso y, sobre todo, comprensivo”, enfatiza la psicóloga.
Es de vital importancia que los hijos, sobrinos o nietos de los adultos mayores estén especialmente atentos a los cambios en el ánimo o reacciones a ciertos estímulos, para poder encontrar la mejor manera de acompañarlos y atenderlos según sus necesidades presentes.
Llerena, especialista en Psicología Familiar Sistémica, comenta que es común que los mayores sean más sensibles ante la pérdida y la sensación de soledad. “Es posible que, durante la pandemia, nuestros padres o abuelos hayan perdido a familiares o amigos muy queridos, ¿cómo están respondiendo ellos a esta situación? ¿qué pasa por sus mentes en estos momentos? La escucha atenta y comprensiva son cruciales”.
Al escuchar con atención, apertura y amor, podremos ver que ganan todos en la familia. “Los adultos mayores pueden expresarse, recordar anécdotas del pasado y brindar consejos, mientras que los más jóvenes podrán aprender de la sabiduría y buen humor de los abuelos”, resalta Patricia Llerena. Fomentar la escucha, continua, fortalecerá los vínculos en el hogar; todos se benefician de estos momentos para compartir.
También es importante comprender que la actitud y disposición de los más jóvenes hacia los adultos mayores debe cambiar. “Si el abuelito o la abuelita cuenta la misma historia muchas veces, escuchemos tantas veces como sea necesario, no reprochemos ni juzguemos, seamos pacientes y delicados”, afirma la profesora.
Se debe comprender, refuerza Llerena, que ningún miembro de la familia estaría donde está sin nuestros adultos mayores. Ahora, continúa, “ellos necesitan de todo lo que antes nos entregaron, de cariño, paciencia, lenguaje sencillo, acciones llenas de cariño y tiempo. Siempre hay tiempo cuando se ama”.
La experta hace un llamado a los padres de niños y adolescentes, para que enseñen a sus hijos a valorar lo realmente importante, a no dejarse superar por el día a día y, sobre todo, a promover la gratitud hacia cada persona. “La familia es lugar de aprendizaje, crecimiento y desarrollo de virtudes. Busquemos promover el cariño y cuidado desinteresados”, concluye la profesora del programa académico de Psicología de la UDEP, Patricia Llerena.
